lunes, 5 de julio de 2010

Repetición

Respiro. Respiro, respiro, respiro. Acabo de despertar pero siento que aún me encuentro en medio de la pesadilla. La lluvia sigue repiqueteando detrás de mis orejas contra el techo, el viento con su silbido agudo y ensordecedor, la oscuridad cerrada a mis ojos. Me siento y acomodo la cara entre mis manos, esto es frustrante. Aparto el pelo de mi rostro y me arropo más con la frisa, la brisa entra por mi ventana y enfría el cuarto. Mi respiración está entrecortada pero es más regular que hace unos minutos. Tomo el abrigo que tengo colgando de la cama, subo el zipper hasta el cuello y salgo. Procuro no levantar a nadie más y salgo al balcón de puntitas. Miro al cielo como es la costumbre y la luna, las estrellas, la niebla, todo parece irreal. Y veo una figura oscura acercarse. El frío del terror es inmenso pero estoy anclada donde estoy. Reconozco su cara y respiro de nuevo. ¿Qué haces aquí? Le pregunto. No podía dormir, ¿y tú? Igual, le contesto. No tengo ni idea de qué hora podría ser. La lluvia había menguado y me senté en el reborde de la baranda. Nos sentamos lado a lado y apoyé mi cabeza en su hombro. Esto se está volviendo recurrente ¿no? Me pregunta. Asiento pero no abro la boca, estoy empezando a adormecerme de nuevo. El se estira y me mira. Lo miro a los ojos. Y siento un deseo repentino de besarlo, de que me bese, pero él es mi amigo… Esto no tiene sentido. Intento levantarme pero estamos sentados como pegados lado a lado. ¡Quiero que me bese! Pero no pasa nada. El me mira y yo lo miro, yo y mi cobardía, me quejo para mí misma y la sed en mis labios… Empieza a llover de nuevo y me estoy empapando. El se levanta y empieza a irse pero no quiero, me bajo de donde estoy sentada pero la lluvia es demasiada, la voz no me sale, esto es absurdo, no tiene sentido, ¿qué hora es? Y despierto asfixiada de nuevo, esta vez en definitiva. Miro el reloj y apenas son las 11:00. Hace media hora me acosté y está lloviendo aún. Me asomo por la ventana y veo una figura acercarse, sí, lo reconozco, pero en esta versión, la cobardía es tanta que no me permite salir a permitir que pase lo próximo…

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